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OPORTUNIDADES VALIOSAS

  • Publicado por: Cristina Huisha 30/09/2019 15:40

Cada decisión que se toma, forma parte del camino que cada persona recorre para bien o para mal. Recuerdo que un día mi padre me dijo que la municipalidad de la ciudad presentaba una oportunidad para participar de un taller de periodismo en los Estados Unidos en la Universidad de Connecticut y que debería investigarlo. La verdad no pensaba seguir su consejo, soy una joven que muchas veces es inmadura pero algo me dijo que debería por lo menos darme la oportunidad de enterarme de que realmente se trataba. Indagué apropiadamente y envié el formulario correspondiente para participar en las becas. Recuerdo claramente todo esto por que marcaron el inicio de una de las mejores experiencias de mi vida.

Durante varios meses me preparé para poder dar todo de mí en representación de mi ciudad en el país extranjero hasta que llegó la fecha de partida, el 26 de junio del presente año. Con altas expectativas viajé a Estados Unidos junto con 9 chicos más, que por entonces eran solo conocidos pero ahora son como familia.

La experiencia en el avión fue muy emocionante; la vista sobre las nubes es algo que nunca olvidaré y allí pude comenzar a conocer a mis compañeros de viaje. Para recibirnos en el aeropuerto estuvieron los padres anfitriones de todos nosotros. Entre fotos y saludos me despedí de los chicos y junto a Leslie Parra quien fue como mi hermana durante todo el viaje nos encaminamos a Norwalk, la ciudad hermana de Riobamba, con nuestra madre anfitriona Maricarmen Godoy.

Tuvimos un par de días para comprar las cosas que pudiéramos necesitar y conocer a las familias con las que viviríamos. En mi caso, el fin de semana conocí al esposo de Maricarmen, David Durrell quien nos recibió con los brazos abiertos en su hermosa casa en Bethel, un pintoresco pueblito alejado del ruido de la ciudad y rodeado de mucha naturaleza.

Siguiendo el cronograma de actividades, asistí a clases de inglés en la ciudad de Stamford durante 3 semanas y participé del taller de periodismo en UConn durante 1 semana que representó muchos retos y metas que logré cumplir.

Ir a las clases de inglés fue por completo un desafío. Todas las mañanas me levantaba a las 7:30 de la mañana para alistarme, desayunar y salir desde Norwalk hacia Stamford; a veces en bus y otras veces Maricarmen nos llevaba. Llegar a tiempo y aprender todo lo que pudiéramos. Luego teníamos las tardes libres para poder explorar un poco. La sensación de responsabilidad y liderazgo que me invadían a diario me hacían sentir más viva de lo que nunca he estado.

Casi siempre Kevin Barahona, Leslie y yo salíamos juntos a recorrer Stamford, a aventurarnos a tomar el bus y llegar a lugares desconocidos. Siempre me sentí cómoda con ellos y me hicieron crecer como persona pues ellos no sabían mucho inglés y yo los ayudaba a traducir y era yo quien pedía instrucciones. Nuestra amistad se hizo tan fuerte que muchas tardes pasábamos con los padres anfitriones de Kevin; Fanny Zamora, John Guerra, Marcelo Vargas y Verónica Granizo, quienes siempre nos acogían. Incluso los tres fuimos afortunados de visitar Nueva York.

Si se toma el tren en Norwalk se puede llegar a Nueva York en aproximadamente una hora. Por esta razón pude conocer la gran manzana, gracias a la amabilidad y buena voluntad de dos de las hermanas de Maricarmen quienes se ofrecieron a enseñarnos la ciudad.

La primera vez fui con Leslie y Silvita Godoy en un sábado muy caluroso. Llegamos a Grand Central y contratamos un tour en aquellos buses rojos para turistas que siempre aparecen en las películas. Nos abastecimos de agua y comida y paseamos por el norte y el sur de la ciudad, conociendo los edificios más importantes y su historia. Y como no podía faltar, paseamos por Central Park, tomamos muchas fotos y nos maravillamos con su arquitectura. También, y no menos importante, subimos a un ferri para cruzar cerca de la estatua de la libertad. Estaba asustada por marearme pues nunca antes me había subido a ningún transporte marítimo pero todo salió bien. Finalmente, en la noche estuvimos en Times Square y la 5ta Avenida. Para mí, todo fue indescriptible, no podía dejar de pensar en que parecía estar dentro de una película y decir que estaba maravillada por las luces, los carteles, anuncios y las diversas personas que caminaban por las calles es decir muy poco.

La segunda vez que visité Nueva York fue gracias a Guadalupe Godoy quien se había ofrecido a llevarnos al Museo Metropolitano. Cuando nos presentó la oportunidad estábamos Kevin, Leslie y yo, razón por la que viajamos los tres juntos. Después de arribar a Grand Central tuvimos que tomar el metro hacia nuestro destino. Estaba tan emocionada porque siempre había querido subir a un metro y solo lo había visto en una serie ambientada en esta ciudad. Llegamos al museo y recorrimos sus infinitas y espléndidas salas. Fueron casi cinco horas en las que caminamos, observando espectaculares pinturas, esculturas, armaduras, reliquias y más. Tras el cierre de las puertas del museo decidimos recorrer Central Park. Después tomamos el metro de nuevo para llegar al lugar donde antes se encontraban las torres gemelas. La atmósfera que allí se respira es realmente de reflexión y tristeza por tanta pérdida. Pienso en este recorrido con mucho cariño por que se dio en nuestra última semana en los Estados Unidos y para entonces tanto Leslie como Kevin se habían ganado un espacio en mi corazón, convirtiéndose en más que amigos, en familia. Familia que te apoya en tus decisiones locas y por quienes harías todo lo que pudieras.

El taller de periodismo en la Universidad de Connecticut se dictó desde el lunes 15 al viernes 19 de julio de este año. Viajamos hasta la locación en Storrs, Mainsfield el día domingo 14 de julio para poder instalarnos puesto que durante el taller nos quedaríamos en los dormitorios de la universidad. Leslie Parra, Kevin Barahona, Micaela de la Cruz, Micaela Romo y mi persona fuimos los afortunados ganadores de la beca para asistir a la universidad.

Todos nosotros estuvimos muy nerviosos porque el idioma extranjero definitivamente presentaba una gran dificultad. En mi caso, yo sentía una mezcla de emociones que iban desde la expectativa, alegría, nervios y un poco de miedo.

El primer día conocimos a los demás chicos que formarían parte del taller. Todos ellos eran nativos y personalmente me sentí intimidada pues quería que vieran el potencial que tengo, que todos los chicos tenemos. Además era la primera vez que un grupo de jóvenes extranjeros participaba del taller de periodismo. Siguiendo el horario de actividades que nos fue proporcionado, tuvimos unas charlas acerca de la importancia del periodismo, su veracidad, forma de escritura y los medios digitales.

Me sorprendió mucho lo amable que todos eran con nosotros y como un par de muchachos que sabían español hacían el esfuerzo por comunicarse con nosotros y ayudarnos a hacerlo de la misma manera. Esa noche pude conocer a mi compañera de cuarto, una chica llamada Marie Kane. Ella es muy alegre y amigable y a pesar de que ella no sabe español pudimos conversar mucho en inglés.

En manera resumida: en las mañanas teníamos unas charlas de grandes profesionales reconocidos por sus trabajos, en las tardes trabajábamos en un proyecto que habíamos elegido al inicio de la semana y en las noches disfrutábamos de actividades recreativas para todos nosotros.

Yo había elegido trabajar en el medio audiovisual por lo que en un grupo de 3 chicos y yo trabajamos arduamente para documentar la importancia e influencia de Storrs Center en la universidad. En este proyecto tuve la oportunidad de conocer al alcalde de Mainsfield y de dirigir las cámaras que usamos para la grabación de la noticia. Aprendí muchas habilidades que realmente me interesan poner en práctica para mi futuro.

En las noches nos reuníamos todos para divertirnoscon juegos de mesa y conversar. Era increíble ver como no importaba el idioma. Una de las cosas más graciosas que recuerdo es que les intentábamos enseñar como nosotros nos expresamos cuando algo está muy calienta o muy frío, es decir: “arrarray” y “achachay” y nos reíamos muchísimo porque no podían pronunciar las “erres”.

Una noche decidimos intentar un juego que nosotros los ecuatorianos no conocíamos así que yo me dispuse a traducir para mis amigos y ser un puente de comunicación para los demás chicos. Al final una de las chicas me dijo que debería ser traductora, aquella que trabajan en las grandes organizaciones como la ONU, confesándome que estaba impresionada de mi habilidad de traducir todo al instante. Eso es algo que sinceramente me marcó y no he podido dejar de pensar.

Nos costó mucho al despedirnos porque nos habíamos encariñado con todos. Yo, particularmente; con Marie Kane, mi compañera de habitación; Serene Feng, una chica de ascendencia china con quien siempre podía hablar de temas políticos como de libros de fantasía y Dany Ruiz, un chico de ascendencia puertorriqueña que nos ayudaba a traducir algunas cosas y era realmente brillante pues aspira a ser presidente de los Estados Unidos en el futuro. A todos los chicos les pedí que me firmaran una bandera de Ecuador que había llevado y que ahora guardo como uno de los mejores recuerdos.

Las despedidas son la parte más difícil de un viaje. El saber que había conocido a personas tan amables, desinteresadas, generosas y alegres llena mis ojos de lágrimas. Personas que dieron su tiempo, dinero, recursos y cariño a jóvenes desconocidos es algo tan poco común y digno de resaltar. Desde lo más profundo de mi corazón espero poder verlos de nuevo y hacerles saber que dejaron una marca en mí. 

Convivir en un entorno completamente diferente, con personas nuevas y hablar un idioma extranjero fueron retos muy grandes que tuve que enfrentar y sobrepasar. Pasé de sentirme atemorizada por no poder comunicarme correctamente a sentirme confiada en mis capacidades y talentos, con ánimos de aprender más. Sin duda alguna es la experiencia más enriquecedora de mi vida y me impulsa a trabajar cada día más duro para salir adelante y llevar el nombre de mi ciudad en alto. Y si hay algo que aprendí es a no dejar escapar las oportunidades que la vida me presente y aprovecharlas al máximo.